Está a punto de cumplirse un año del
histórico acuerdo adoptado, en el marco del G7, sobre la tributación de las
multinacionales[1].
La propuesta avanzó a paso firme, primero con el respaldo del G20 y, luego, con
la masiva incorporación de países que se fueron sumando a la iniciativa auspiciada
por la OCDE[2].
El nuevo esquema tributario, basado
en los Pilares Uno y Dos, estaba diseñado con la idea de su puesta en práctica
en 2023. Algunos escollos y reticencias se habían ido superando, aunque no totalmente,
ni al ritmo previsto. Hasta tal punto es así que Mathias Cormann, secretario
general de la OCDE, descarta su puesta en marcha para el año próximo, apuntando,
a tal efecto, el ejercicio 2024[3].
Aún es necesario obtener el
salvoconducto del Senado estadounidense, donde los Republicanos muestran
reservas, y, en el ámbito de la Unión Europea, el de Polonia, que insiste en
que se asegure que el acuerdo sobre la tributación mínima (Pilar Dos) no se desvincule
del relativo al Pilar Uno (asignación de parte de los beneficios de las mayores
multinacionales a los lugares de realización de actividades).
Precisamente Cormann señala que es
probable que el Pilar Dos pueda aplicarse en una fecha más temprana. Y no falta
quien, pese al generalizado respaldo logrado, se aventure a pronosticar, como
hace Dan Neidle, fundador de Tax Policy Associates, que puede que no se consiga
materializar el Pilar Uno[4].
[1]
Tiempo
Vivo : “G7 Finance Ministers Agree Historic Global Tax Agreement”
(neotiempovivo.blogspot.com).
[2]
Tiempo
Vivo : “G7 Finance Ministers Agree Historic Global Tax Agreement”
(neotiempovivo.blogspot.com).
[3]
C. Giles, S. Fleming y E. Agyemang, “Landmark OECD international tax deal
pushed back a year”, Financial Times, 24 de mayo de 2022.
[4] Vid.
Giles et al., op cit.