Especialmente
desde la gran crisis financiera internacional de 2007-2008, muchas de las
grandes decisiones de alcance mundial provienen de reuniones internacionales de
las principales potenciales mundiales, diferenciadas únicamente en función del
número de países intervinientes (G20, G11, G10, G8, G7…).
La
reforma del marco internacional de tributación de las corporaciones
multinacionales se viene planteando desde hace años en diferentes foros, con un
claro protagonismo de la OCDE. A raíz de las propuestas lanzadas recientemente
por la Administración Biden, las negociaciones parecían ya bastante maduras
para alcanzar un acuerdo[1]. Éste
finalmente se ha producido en el marco de la reunión del G7 (Alemania, Canadá, Estados
Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) celebrada a primeros de junio de
2021 (G7/UK 2021).
El
acuerdo fue comunicado, con fecha 5 de junio, con el titular que encabeza esta
entrada, que evidencia el énfasis en la noción de “agree”, y que no escatima
calificativos: “Los ministros de finanzas del G7 llegan a un acuerdo sísmico
sobre la reforma fiscal global que significará que los mayores gigantes
tecnológicos multinacionales paguen su parte justa de impuestos en los países en
los que operan”, con un tipo mínimo global del 15%[2].
Así,
bajo el denominado Pilar Uno, las “multinacionales mayores y más rentables”
pagarán impuesto en los países donde tienen actividad y no sólo donde tienen su
sede. Las nuevas reglas se aplicarán a las firmas globales con al menos un margen
de beneficio del 10%, de manera que el 20% de cualquier beneficio por encima de
ese margen del 10% se reasignaría y quedaría sujeto a tributación en los países
donde operen.
Por
otro lado, bajo el Pilar Dos, se ha acordado un impuesto sobre sociedades
mínimo global al menos del 15%, operado según una base país a país.
En
palabras del nuevo Secretario General de la OCDE, Mathias Cormann, del mismo
día 5 de junio[3],
“el consenso de hoy entre los Ministros de Finanzas del G7, incluyendo un nivel
mínimo de imposición global, es un paso fundamental hacia el consenso global
necesario para reformar el sistema fiscal internacional”. Y continúa afirmando
que “There is important work letf to do”. Cierto, aunque no sólo para los policy makers.
[1]
Vid. “La reforma de la tributación empresarial
en Estados Unidos: implicaciones internacionales”, EdufiAcademics, Edufinet, Working
Paper 3/2021.
[2] Vid. G7
UK Presidency 2021, www.g7uk.org, 5 de junio
de 2021.
[3] Vid.
OCDE, “Statement from OECD Secretary-General Mathias Cormann on the outcome of
the G7 Finance Ministers’ Meeting”, www.oecd.org,
5 de junio de 2021.