La
imagen difuminada del “momento Hamilton” viene proyectándose sobre el contorno
de la Unión Europea (UE) desde hace años, sin que acabe de emerger
completamente por encima de la línea del horizonte. De manera particular a
raíz de la crisis de la deuda soberana de 2011, la receta hamiltoniana comenzó
a ser reivindicada de manera insistente[1]. Aunque,
para ser más precisos, el celebrado momento fue también jeffersoniano y madisoniano.
Los tres grandes estadistas protagonizaron, el 21 de junio de 1790, la que ha
sido calificada como “la cena más famosa en la historia estadounidense”[2].
Alexander
Hamilton, primer secretario del Tesoro norteamericano, utilizó los poderes del
gobierno federal para transferir, al pasivo del gobierno federal, las deudas en
la que los Estados habían incurrido durante la Guerra de la Independencia, no
sin antes tener que superar la oposición de algunos territorios, no amenazados
por el impago de la deuda, a la asunción de los compromisos a escala federal
(McKinnon, 2021). Adicionalmente, al crear un mercado para la deuda soberana,
se aseguraba el acceso permanente del nuevo gobierno federal a un mercado de
crédito apropiado[3].
Pese
a la extensión de las opiniones en apoyo de rubricar un “momento Hamilton”
europeo, lo cierto es que éste se ha venido demorando, y no ha sido hasta el advenimiento
del trágico “momento Covid-19” cuando su silueta ha llegado a adquirir un
perfil tangible. Ante el deterioro económico ocasionado por la pandemia del
coronavirus, hace ya un año, la UE decidió poner en marcha un programa de recuperación
cifrado en 750.000 millones de euros (NextGenerationEU). Un año después, la UE
se dispone a lanzar una emisión de bonos por importe de 800.000 millones de
dólares[4].
Diversas
han sido las interpretaciones acerca de la procedencia o no de la calificación
de esa decisión como un verdadero “momento Hamilton”. Así, la aprobación del
referido fondo fue calificada expresamente como tal por Olaf Scholtz, ministro
de finanzas de Alemania. Opinión ésta que ha de verse matizada por el hecho de
que no se han atribuido significativos poderes fiscales a la UE[5]. Otros
analistas coinciden en que no puede hablarse de un verdadero “momento Hamilton”,
si bien consideran que, en la medida en que sí se habilita un mercado de deuda
a escala UE, sí puede serlo (Sandbu, 2020).
Un
prisma radicalmente diferente es el que aporta el antecesor de Schultz, Wolfgang
Schäuble, quien pone de relieve que, en 1792, Hamilton obligó a los nuevos
Estados a depositar buenas garantías, practicar la disciplina presupuestaria y
reducir sus deudas: “Éste fue el punto crucial del frecuentemente citado ‘momento
Hamilton’, no la mutualización de las deudas a veces recomendada para la UE”[6].
“Para
sorpresa de algunas personas”, nos indica Schäuble, “estuve a favor [del fondo
de recuperación post-pandémica] desde el principio”, y matiza que “durante su
mandato como ministro de finanzas alemán, [él] tenía una reputación de proclive
a la frugalidad como cuestión de principio. Pero entonces, como ahora, mi
objetivo era la sostenibilidad: endeudarse en tiempos de crisis para estabilizar
la economía tiene sentido, siempre que no se olvide la cuestión del reembolso”.
[1] Vid. M.
Wolf, “A fragile Europe must change fast”, Financial Times, 22 de mayo de 2012.
[2]
Vid. R. McKinnon, “Oh, for an Alexander Hamilton to save Europe!”, Financial
Times, 18 de diciembre de 2011.
[3]
Vid. M. Sandbu, “EU crosses the Rubican with its emergency recovery fund”,
Financial Times, 22 de julio de 2020.
[4]
Vid. T. Stubbington y S. Fleming, “EU prepares for take-off with €800bn bond
issuance scheme”, Financial Times, 9 de junio de 2021.
[5] Vid. B.
Hall, S. Fleming, y G. Gazan, “Is the Franco-German plan Europe’s ‘Hamiltonian’
moment?”, Financial Times, 21 de mayo de 2020.
[6] Vid. “Europe’s
social peace requires a return to fiscal discipline”, Financial Times, 2 de
junio de 2021.