23 de julio de 2019

El sistema bancario en España: retos planteados


Después del intenso proceso de ajuste a raíz de la reciente crisis económica y financiera, las entidades bancarias españolas desarrollan su actividad en un entorno complejo, en el que se enfrentan a numerosos retos:

A.      Escenario económico:


  1. Con un panorama económico general marcado por signos de desaceleración económica, y sin que acabe de despejarse la sombra de un posible “estancamiento secular”, e incluso de deflación.
  2. Limitaciones para las políticas económicas aplicables, como la inexistencia de “espacio fiscal”, con una elevada ratio de deuda pública, y unos tipos de interés ultarreducidos.
  3. Orientación de medidas fiscales hacia el sector financiero, que afronta ya una notable carga fiscal, incluso con tributos específicos, como el impuesto sobre depósitos, además de hacer frente a tasas relacionadas con la supervisión. A la hora de formular propuestas fiscales no suelen tenerse en cuenta las enseñanzas de la teoría económica: a) son las personas físicas, y no las entidades, quienes soportan realmente los impuestos; b) es indiferente el lado del mercado –oferta o demanda- sobre el que se apliquen aquellos.
  4. Influencia de algunos nuevos paradigmas: a) propuesta del “dinero soberano”, que propugna unas reservas bancarias de los depósitos captados del 100%, con lo que se pondría fin a la intermediación bancaria; b) Teoría Monetaria Moderna, que sostiene que un Estado soberano que pueda endeudarse en su propia moneda nunca se verá forzado a impagar su deuda, puesto que tiene la posibilidad de imprimir billetes.

B.      Viabilidad empresarial:


  1. Solvencia: Pese a las mejoras de los últimos años, la ratio de CET1 (recursos propios de primera categoría/APRs) es baja dentro de la UE. Dicha situación obedece, en parte, a la forma de determinar los activos ponderados por riesgo (APRs), ya que en la UE está más extendida la utilización de métodos internos, en lugar del método estándar, que arroja unos APRs mayores y, de ahí, un mayor denominador de la ratio de CET1.
  2. Rentabilidad: Ésta se sitúa por debajo del coste del capital (tasa de rendimiento que exigen los inversores para invertir en una sociedad). Varios son los factores que limitan los ingresos recurrentes: a) la continuidad del desapalancamiento del sector privado; b) la diversificación de las fuentes de financiación de dicho sector; c) la existencia de niveles todavía elevados de activos improductivos; d) la irrupción de nuevos competidores; e) la prolongación de una etapa de tipos de interés muy bajos o incluso negativos.

C.     Marco de actuación y gobernanza:


  1. La vertiente regulatoria, claramente intensificada, dentro de un esquema “multinivel”: organismos internacionales, Unión Europea, Estado, organismos nacionales, y Comunidades Autónomas.
  2. A falta de ser complementada con un Fondo de Garantía de Depósitos común, desde 2014 está en marcha la Unión Bancaria Europea, de la que el Mecanismo Único de Supervisión y el Mecanismo Único de Resolución son pilares fundamentales.
  3. El Proceso de Evaluación y Revisión Supervisoras (SREP), llevado a cabo por el BCE, tiene una importancia crucial. Entre otros aspectos, determina los requerimientos de capital exigibles por encima de los regulatorios.
  4. A lo anterior se une la intensificación de la regulación en otros ámbitos, entre los que cabe destacar la protección del usuario de servicios financieros.
  5. Adaptaciones en el gobierno interno y corporativo de las entidades, con la implantación del modelo de las tres líneas de defensa, y el establecimiento del Marco de Propensión al Riesgo (Risk Appetite Framework, RAF).

D.     Mercado:


  1. Los desarrollos vividos han desembocado en un claro aumento de la concentración y en el fortalecimiento de las entidades con importancia sistémica.
  2. Continúa aumentando el peso de la “banca en la sombra”, que comprende los intermediarios financieros no bancarios.
  3. Han irrumpido nuevos competidores con base tecnológica, como son las “Bigtech” y las “Fintech”. Ha aumentado extraordinariamente la “contestabilidad” de los mercados bancarios, con un desmantelamiento de las barreras de entrada.
  4. Las entidades bancarias se esfuerzan por recuperar su imagen y su reputación social, dañadas durante la crisis.
  5. Y, desde hace años, se asiste a un acusado aumento de la litigiosidad, asociada en algunos casos a una falta de seguridad jurídica.
  6. La conjunción de los factores señalados está teniendo una notoria incidencia en las valoraciones de las acciones en el mercado bursátil, que se sitúan, con carácter general, muy por debajo del valor en libros.

E.      Cambio tecnológico:


La transformación digital implica una disrupción, con una clara alteración de los esquemas de oferta y de demanda de los servicios financieros, además de afectar a la organización, las formas de trabajo y los procesos internos de las entidades. Asimismo, desarrollos como los de la “Inteligencia Artificial”, el “Blockchain” o el “Machine Learning” están llamados a tener una incidencia creciente.

F.      Nuevos riesgos:


  1. El derivado de la cesión a terceros de datos de clientes, al amparo de la normativa de servicios de pago digitales (PSD2), dando lugar al sistema de “open banking”.
  2. Los relacionados con la ciberseguridad.
  3. Los ligados al medioambiente.

G.     Papel de las entidades bancarias en el sistema económico:


Tales entidades tienen una misión fundamental en una economía libre de mercado, con actuaciones básicamente orientadas a la captación del ahorro, a la provisión de un sistema eficaz y eficiente de medios de pago, y a posibilitar financiación para atender las necesidades de las familias y las empresas, así como la dotación de infraestructuras públicas. Por otro lado, el posicionamiento en materia de responsabilidad social corporativa (RSC) es particularmente relevante en relación con la contribución al desarrollo sostenible.

Sin perjuicio de la necesidad de adaptación, el sistema bancario (tradicional) sigue teniendo una importancia crucial para el desenvolvimiento de la actividad económica. Pero su papel sólo tiene verdadero sentido si sirve a la economía real. Es, así, esencial diferenciar entre las actividades de “financiación” y las de “financiarización”, y preservar los atributos de lealtad y prudencia, y también de ética, requeridos para gestionar el dinero de otras personas.

(Artículo publicado en el diario “Sur”, el día 22 de julio de 2019)

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