1 de junio de 2019

Sondeos de opinión y resultados electorales

La celebración de las recientes Elecciones Generales en España ha estado marcada por una intensa controversia, antes, durante y después, en relación con el papel de los sondeos electorales. Todo ello ha estado condicionado por evidentes connotaciones políticas, de las que aquí se prescinde explícitamente. El único objetivo de esta nota es llevar a cabo una reflexión, más bien desde una perspectiva de consistencia interna, acerca de las conclusiones reflejadas por distintos medios de comunicación sobre la fiabilidad de las predicciones efectuadas.

Dada la finalidad perseguida, no es preciso entrar en detalles específicos, sino simplemente abordar la cuestión planteada en términos abstractos. A tal efecto hemos de tomar en consideración las siguientes proposiciones:

1. Se publican los resultados de un sondeo, que muchos analistas consideran inverosímiles. El estudio es objeto de descalificaciones.

2. Pese a esa expectativa, los resultados de los comicios confirman en gran medida los pronósticos arrojados por el sondeo que había sido descalificado.

3. Se concluye que, en realidad, el estudio había efectuado un diagnóstico fiable y certero.

Puede que sea así, pero eso implicaría que (salvo que se hubiesen producido trasvases compensatorios dentro del cuerpo electoral) el sondeo realizado antes de las votaciones había identificado, y anticipado, adecuadamente una foto que se mantuvo intacta en el momento del ejercicio del derecho al voto.

Ahora bien, entre la fecha de conocimiento de los resultados del sondeo y la celebración de las elecciones se formularon otras proposiciones, procedentes de diferentes fuentes, del siguiente tenor:

a) La continuación del ejercicio de la acción de gobierno mediante la aprobación de medidas de orientación social ha podido tener un impacto notable sobre las preferencias electorales de determinados colectivos de ciudadanos.

b) Han ocurrido otros eventos con incidencia en las inclinaciones de parte del electorado.

c) La campaña electoral ha tenido un importante peso, en sentido positivo o en sentido negativo, respecto al posicionamiento de las distintas fuerzas políticas. Se ha llegado a afirmar incluso que intervenciones de un minuto de duración en los debates televisivos han tenido una infuencia notable.

Tomados aisladamente, los dos bloques de proposiciones parecen razonables. Sin embargo, una vez que los analizamos conjuntamente se desprende un considerable grado de incompatibilidad entre los mismos. Así, si se sostiene que el primero responde a una percepción acertada, decae la fuerza del segundo, y viceversa. Para despejar las dudas sería necesario efectuar algunos contrastes a fin de evaluar el impacto real de los factores mencionados, lo que podría tener consecuencias valorativas.

En función del alcance de dicho impacto, la calificación de un sondeo puede pasar de mala a buena, o de buena a mala. Cabe así la posibilidad de que un sondeo que “falla” sea un “buen” sondeo, y de que un sondeo que “acierta” sea un “mal” sondeo.

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