En un régimen democrático,
prevalece, teóricamente, la voluntad popular a la hora de determinar la mayoría
parlamentaria y, de ahí, la configuración del gobierno. Sin embargo, una misma
voluntad popular, expresada como agregación de los votos individuales, puede
dar lugar a resultados muy dispares según cuál sea la regla de votación que se
aplique[1].
Las recientes elecciones británicas son buena prueba de ello.
Según el sistema electoral vigente,
mayoritario, conocido como “first-past-the-post”, respecto a una circunscripción,
el candidato que obtiene el mayor número de votos gana el escaño. Los votos de
los restantes candidatos en la circunscripción carecen de valor, se pierden completamente.
Si se mide por la diferencia entre el porcentaje de votos y el de escaños en el
Parlamento, dichas elecciones han sido las más sesgadas en la historia de Gran
Bretaña. Con un 34% de los votos, los laboristas han obtenido el 63% de los
escaños. Con un sistema de representación proporcional, habrían conseguido 236,
en lugar de 411. Necesitaron menos de 24.000 votos por cada escaño, mientras que
Reform UK necesitó bastante más de 800.000[2].
Todo sistema electoral tiene ventajas
e inconvenientes. El mayoritario posibilita gobiernos con una mayoría estable[3].
En cambio, la representación proporcional puede fomentar la aparición de partidos
más pequeños, más extremos. Es lo que subraya The Economist, que, para
fundamentar su propuesta de abordar la reforma del sistema electoral con calma,
recuerda que “los sistemas de representación proporcional pura pueden llevar a
una forma diferente de ilegitimidad, a medida que las coaliciones y sus
programas se forman y se deshacen más allá del escrutinio de los votantes”. La
fragmentación política existente en Gran Bretaña invita a reformar el sistema
electoral, aunque, según el semanario, no ahora, sino con vistas al año 2029.
[1] Vid.: https://neotiempovivo.blogspot.com/2018/06/elecciones-democraticas-y-reglas-de.html
[2] Vid. The
Economist, “Electoral reform: Lord, make us proportional – but not yet”,
13-7-2024.
[3] Vid. The
Economist, “Electoral reform: disproportional representation”, 13-7-2024.