13 de junio de 2024

Más gasto público sin más impuestos ni endeudamiento: ¿milagro en el BoE?

 

Poder llevar a cabo nuevos programas de gasto público sin elevar los impuestos ni recurrir al endeudamiento. Aparentemente, un auténtico milagro, en manos del Banco de Inglaterra (BoE), y que Rachel Reeves, actualmente “the shadow chancellor”, camino de convertirse en “the light chancellor”, puede propiciar, como relata Chris Giles (Financial Times, 6-6-2024).

Actualmente, el BoE paga un interés del 5,25% por el dinero que creó para comprar bonos públicos, bajo las distintas oleadas del quantitative easing (QE) desde 2009. Aún mantiene un montante de unos 700.000 millones de libras esterlinas, del que obtiene un rendimiento del 2%. En términos netos, incurre, pues, en unas pérdidas de unos 23.000 millones de libras (equivalentes a un 1% del PIB).

Las cuentas variarían sustancialmente si el BoE estableciera una estratificación de las reservas de los bancos en el BoE, de forma que éste retribuyera sólo una pequeña parte de tales reservas. Para Giles, “la opacidad del mecanismo podría ser una mala Economía, pero ayudaría en el terreno político: es mejor carecer de transparencia en el gobierno que infrafinanciar los servicios públicos”.

La operación tiene una apariencia magnífica, aunque, como era de esperar, conlleva algunos costes que alguien debe soportar. En ese lado de la balanza se situarían los bancos y sus accionistas, con posibles efectos derivados hacia abajo. Asimismo, cabe esperar que gran parte del impacto recayera sobre los clientes bancarios, que pasarían a pagar más por los préstamos y a percibir menos por los depósitos.

La medida cuenta con apoyos significativos, aunque también con algunas reservas (distintas a las antes mencionadas), entre ellas las de Andrew Bailey, gobernador del BoE[1]. Para éste, se trataría simplemente de un impuesto sobre la banca. Pero, ya se sabe, hay impuestos e impuestos.



[1] En febrero de 2024 declaraba en The House of Lords: “Let me explain something about the ECB. The ECB still has in place a policy of minimum reserve requirements. We do not have a distinction in our system of two sorts of reserves. All our reserves are the same, so it would be hard to make that change. I have said before—and it is a slightly blunt thing—that that is a tax on the banking system. I do not think that the Bank of England can decide to do something like that on its own. It would be wrong for us to do that. We would certainly have to do that with the Government. Also, that system of paying bank rate on reserves anchors the implementation of monetary policy. It anchors the short end of the curve at the official rate. We would have to be very careful how we implemented anything like that. That is a pretty substantial change and not one that I would currently advocate”.

 


Entradas más vistas del Blog