Hay
títulos de libros que son bastante expresivos y claramente representativos de
su contenido. Algunos son tan logrados que sirven como conclusión o como epílogo.
Es lo que ocurre con el de la obra de Arthur B. Laffer, Brian Domitrovic y
Jeanne C. Sinquefield publicado en el año 2022: “Taxes have consequences: an
income tax history of the United States”.
Se
trata de un título que encierra dos verdades, la primera en cuanto a una
proposición económica positiva, emanada de la observación de la realidad. Una
verdad a la que cinco mil años de experiencias fiscales atribuyen el estatus de
incontestable. Los efectos de los impuestos, unos visibles y otros no, están
bien fundamentados en el plano teórico y reflejados en las pautas de
comportamiento de los agentes económicos, tengan o no vocación de
contribuyentes, y lo sean o no en la práctica. La otra, porque el libro se
centra en la historia del IRPF en Estados Unidos. Aunque sea una verdad a
medidas, toda vez que el foco de atención se amplía mucho más allá del campo de
dicho impuesto, para abarcar otras figuras impositivas y, con carácter general,
el curso seguido por la política presupuestaria estadounidense.
En
la edición española (Deusto, 2024) se ha añadido un subtítulo un tanto osado y
propagandístico: “El análisis definitivo acerca del efecto del impuesto sobre
la renta en la economía”. No sabemos si será o no definitivo, pero de lo que no
cabe duda es que es un análisis abiertamente desafiante del pensamiento
dominante en cuanto al papel de los impuestos en la economía, en particular en
relación con señalados episodios de la estadounidense.
Con
una defensa a ultranza de la economía de la oferta, los autores ofrecen una
explicación de las causas de la Gran Depresión, y de la recuperación económica
posterior, radicalmente diferente a las de las visiones predominantes. Las subidas
de los impuestos se sitúan en el eje del desencadenamiento de dicha crisis,
según Laffer, Domitrovic y Sinquefield, quienes, asimismo, se muestran muy críticos
con la visión del éxito del New Deal rooseveltiano. Ya su simple enunciado viene
a representar un auténtico bombazo doctrinal, que, de confirmarse en su fundamentación,
vendría a representar una quiebra intelectual de primer orden.
El
libro está impregnado de juicios de valor, pero eso no empaña el recurso abundante
a un conjunto de datos e indicadores económicos sujetos a contraste. Aunque es
prematuro y presuntuoso proclamar que, ante una cuestión tan compleja y controvertida
como es la exégesis de las crisis económicas vividas a lo largo del siglo
veinte, en absoluto lo es la apelación a la proposición de que los impuestos tienen
consecuencias. Una proposición mucho más difícil de rebatir, en el plano
teórico y, sobre todo, en la realidad económica.