21 de enero de 2024

Educación financiera para niños: ¿cuentos vs cuentas?

 

Es Sheila Bair autora de libros de “cuentos financieros”. Auxiliada por su experiencia como presidenta de la US Federal Deposit Insurance Corporation, encuentra inspiración en episodios vividos en el sistema financiero, tales como la crisis de la hipotecas subprime o las estafas piramidales[1]. Según afirma, las historias que cuenta no son muy distintas de las recogidas en los cuentos clásicos.

Su finalidad es que “los niños y sus familias comprendan que estas debilidades humanas básicas [deseo de gratificación inmediata, seducción por los esquemas ‘demasiado buenos para ser verdad] nos hacen ser objetivos de tiburones de la vida real”.

Su tesis fundamental es que “las destrezas que los niños realmente necesitan [son estas]: ser precavidos, ser escépticos”. Sin duda, el escepticismo debe ser la primera línea de defensa en el ámbito de las finanzas personales, pero conocer y aplicar los elementos esenciales del esquema básico de la toma de decisiones financieras resulta también imprescindible.

Aunque, en el campo de la cultura financiera, no es completamente cierta la máxima de que “lo que no son cuentas son cuentos”, cuando menos es necesario tener alguna idea de cómo se hacen las cuentas, para no quedarse sólo con el cuento.

En este terreno parece prudente que, después de entretenerse con la lectura de los relatos, se añada la tradicional coletilla con alguna adaptación: “Colorín, colorado, este cuento no se ha acabado”.






[1] “How regulating banks inspired my children’s books”, Financial Times, 28-12-203.

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