¿Por qué algunos cálculos
sumamente simples se convierten en un escollo insalvable para muchas personas
cuando se plantea una respuesta rápida?
Es la reflexión que viene a
hacer Tim Harford en su último artículo en el Financial Times: “The simple
maths puzzle that shows us how to separate fact from fiction”.
El ejercicio es bastante conocido:
“Si un bate y una pelota cuestan conjuntamente $1,10, y el bate cuesta un dólar
más que la pelota, ¿cuánto cuesta la pelota?”.
Curiosamente, una buena parte
del fallo en las respuestas, señala el referido economista, prevalece incluso
aunque se indique a quienes deben responder cuál es la respuesta correcta, o se
les da una pista sustancial. Una puede ser la siguiente: a veces, ante lo más simple, antes de contestar, conviene plantear una ecuación, por muy sencilla que sea, y, si hiciera falta, un sistema de ecuaciones...