Es la que pretende dar Adam
Tooze en un reciente artículo publicado en el diario Financial Times el 28-10-2022:
“Welcome to the world of the polycrisis”. Sin embargo, como él mismo reconoce, la
denominación está tomada del sociólogo francés Edgar Morin, quien abordó la
noción hace ya varias décadas. Estamos ante una policrisis cuando confluyen
diversas perturbaciones negativas económicas y no económicas. Según Tooze, en
los años 70 del pasado siglo, las preocupaciones principales se centraban en causas
concretas y existían soluciones potenciales basadas en recetas también específicas.
Lo que hace que las crisis de los últimos tiempos sean tan desconcertantes es
que ya no parece posible identificar una sola causa, ni tampoco, por implicación,
una sola solución. Hace años, al hablar de la "Gran Recesión", solía referirme a ella como una "crisis poliédrica" o como un sumatorio de crisis.
Ya no sólo es una verdad teórica,
como recuerda Martin Wolf[1],
que todo depende de todo lo demás; es una verdad que no podemos ignorar en la
práctica. Una cuestión clave es que necesitamos analizar los problemas dentro
de silos, pero también es preciso un análisis sistemático de las
interrelaciones existentes. Así, los análisis económicos estándares acerca de
la inflación y el crecimiento económico no pueden hacer abstracción de procesos
relevantes como la guerra de Ucrania, la política de Covid cero de China, o la financiación
a los países en desarrollo en su proceso de transición energética. En relación
con la situación española, cabe incorporar otros factores[2].
El panorama, en general, no es
muy halagüeño. Nouriel Roubini recurre a otro calificativo de la crisis, “la crisis
inevitable”[3].
En fin, puede que el término “policrisis” lo introdujera Morin, pero, en
realidad, Shakespeare lo había vislumbrado claramente mucho antes: “When
sorrows come, they come not single spies, but in battalions".