El International Budget Partnership
publica desde hace varios años un informe en el que se comparan las prácticas
presupuestarias del sector público de un amplio número de países (Budget Survey
2021, https://internationalbudget.org/open-budget-survey).
La evaluación se basa en los tres componentes de la rendición de cuentas (“accountability”)
seleccionados: participación pública (ciudadana), supervisión y transparencia.
Se parte de la premisa de que “los sistemas presupuestarios abiertos y
responsables son transparentes, ofrecen oportunidades para la participación pública
inclusiva, e incluyen una supervisión efectiva por instituciones
independientes". La evaluación cubre las cuatro etapas del proceso presupuestario:
formulación, aprobación, ejecución, y control.
En el último informe se recoge
información de 120 países, con estas valoraciones numéricas globales (sobre
100): participación, 14; supervisión, 52; transparencia, 45.
Con una puntuación de 2, España
aparece muy abajo (cerca del puesto 100º) en la clasificación correspondiente
al primer criterio; obtiene un 61 respecto al segundo, ascendiendo a los últimos
puestos del primer cuartil; y, finalmente, un 54 respecto al tercero, con una posición
más cercana a la mediana de la distribución.
Corea del Sur (59), Reino Unido
(54) y Nueva Zelanda (48) ocupan las primeras posiciones en participación.
Alemania (91), Noruega (87) y Corea del Sur (87) sobresalen en supervisión, y
Georgia (87), Suráfrica (86) y Nueva Zelanda (85) en transparencia. La
observación de los puestos alcanzados por los diferentes países en los tres rankings
no deja de causar considerables sorpresas. Así, por ejemplo, Zimbabwe supera a
España en transparencia, y Rwanda, en supervisión, según el referido informe.