9 de febrero de 2022

El alegato de David Davis contra las subidas de impuestos en Reino Unido

 

Reino Unido sigue siendo un país muy pintoresco en muchos aspectos. En el ámbito del debate parlamentario y en las dinámicas internas de los partidos políticos exhibe pautas de comportamiento que se apartan claramente de las seguidas en sistemas con una mayor preponderancia de los aparatos centrales de las organizaciones políticas. Una crítica abierta a propuestas gubernamentales desde las propias filas de la formación política en el poder es bastante frecuente, singularmente ante determinadas coyunturas. Lo anterior es más probable que ocurra cuando, al acceder al gobierno, se adoptan medidas que se separan abiertamente del posicionamiento tradicionalmente mantenido en áreas clave por el partido en cuestión.

Algo de esto es lo que ocurre con el alegato que David Davis, parlamentario del Partido Conservador, expresidente del comité de cuentas públicas, dirige contra las subidas fiscales planteadas por el Chancellor, Rishi Sunak. Su discurso es claro y rotundo: “Justo cuando este país -que emerge de la niebla de la pandemia y afronta un futuro post-Brexit- necesita crecimiento, está siendo puesto en riesgo por un Tesoro centrado en aumentos fiscales a cada paso. Tal como está, el pueblo británico, que afronta una inminente subida de 600 libras en sus facturas de energía, se va a ver sujeto al dolor de vivir bajo una carga fiscal que será más alta que en ningún momento desde el final de la Segunda Guerra Mundial”[1].

Tras esta declaración, e instar al Tesoro a aparcar las subidas fiscales y “pivotar hacia una agenda enérgicamente pro-crecimiento”, argumenta contra las principales medidas de aumento de la carga fiscal. Respecto a la contribución para la asistencia social y sanitaria, considera que “el Tesoro proclama que estas subidas son necesarias para estabilizar las finanzas públicas, pero harán lo contrario. Subir los impuestos sobre las rentas únicamente deteriorará los salarios y el crecimiento de los empleos, y dañará la demanda”. Y, con relación al aumento del impuesto sobre sociedades, sostiene que “empujará la inversión interior a los brazos de [sus] competidores”.

Por otro lado, a partir del reconocimiento de la gravedad y la excepcionalidad de la pandemia del coronavirus, aboga por tratar la deuda ligada a la Covid-19 como una deuda de guerra, extendiéndola a lo largo de un período de 50 años o más. Asimismo, es partidario de dar un tratamiento especial a las inversiones en infraestructuras, huyendo de una mayor ortodoxia financiera.

Y remata su alegato con una tajante advertencia: “Es el momento de desechar estas subidas fiscales, facilitar la carga del coste de la vida y corregir la nave. Si no lo hacemos, el país afrontará una crisis real; y, esta vez, será por nuestra culpa”.

¿Cabría trazar algún paralelismo con la situación de España?



[1] Vid. D. Davis, “Cost-of-living crisis demands proper Tory ‘read meat’: tax cuts”, Financial Times, 7-2-2022.


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