La corriente a favor del desarrollo de CBDCs (central bank
digital currencies), de monedas digitales de los bancos centrales, parece imparable.
Aun así, merece la pena detenerse en un análisis objetivo e independiente de
sus ventajas e inconvenientes. La iniciativa va bastante avanzada respecto al
euro digital, y también está siendo objeto de consideración por el Banco de
Inglaterra. Bastantes son los problemas -algunos no exclusivos- que aquejan al
Reino Unido, desafortunadamente ya exEstado miembro de la Unión Europea. Sin
embargo, mantienen una tradición largamente acreditada, la de elaborar magníficos
informes sobre cuestiones económicas y sociales relevantes. El estudio de la adopción
de la libra digital no es una excepción, que al propio tiempo viene a ejemplificar
la utilidad de una cámara parlamentaria aparentemente obsoleta, the House of
Lords. Al Comité de Asuntos Económicos de esta cámara le ha correspondido
la misión de elaborar un informe técnico acerca de la posible implantación de
dicha moneda digital. El informe es breve, para lo que suele despacharse en estos
menesteres, pero sumamente jugoso e instructivo[1].
A diferencia de otros documentos de ámbitos territoriales
distintos, el informe concluye que “no hay ningún caso convincente por el que
el Reino Unido necesite una moneda digital del banco central (CBDC)”[2].
Se señala que, si se introduce una CBDC, será inevitable que algunas personas
transfieran dinero desde sus cuentas bancarias a las carteras de la CBDC. Si no
se adoptan salvaguardas, como el establecimiento de límites sobre la cantidad de
CBDC que pueden mantener los individuos, la inestabilidad financiera podría
verse exacerbada durante períodos de tensiones económicas, en la medida en que
los depositantes busquen sustituir los depósitos bancarios por saldos en el
banco central que puedan percibir como seguros. Por otro lado, pueden
suscitarse problemas de falta de privacidad, y abrirse vías para que los bancos
centrales practiquen, de una manera más fácil, formas de política monetaria no
convencional.
El presidente del citado comité, Lord Forsyth of Drumlean, ha afirmado:
“Hemos recogido evidencias de una variedad de testigos y ninguno de ellos fue
capaz de darnos una razón convincente de por qué el Reino Unido necesitaría una
moneda digital del banco central. El concepto parece presentar un montón de riesgo
para una muy escasa compensación. Hemos concluido que la idea era una solución
en busca de un problema”.
¿Pueden catalogarse las CBDCs como una suerte de personajes en
busca de autor? En algunas jurisdicciones, ha quedado patente que el autor
precedía al personaje y que le tenía ya asignado el papel a interpretar.