Como se señalaba
en una entrada publicada hace unos días en este blog, la protección de un título
de deuda contra la inflación puede lograrse por dos vías fundamentales: 1) actualizando
el valor nominal del título, sobre el que se aplicaría un tipo de interés fijo:
2) manteniendo fijo el valor nominal del título, aplicando sobre el mismo de interés
variable, que vaya recogiendo el impacto de la tasa de inflación.
En el cuadro
adjunto se ofrece una comparación entre los dos esquemas. Se considera el caso
de un título de deuda con un valor nominal inicial de 1.000 euros, con
vencimiento a 5 años, y sujeto a un tipo de interés (real) del 4% anual. Los enfoques
de cada esquema serían los siguientes:
Esquema 1: se
aplicaría siempre el mismo tipo de interés sobre un valor nominal actualizado
en función de la evolución del índice de precios tomado como referencia.
Esquema 2: cada
año se tomaría un tipo de interés nominal integrado por el componente real
seleccionado (4%) y el componente inflacionario (tasa de variación del índice
de precios en cada año). El importe del nominal se mantiene constante.
Como podemos apreciar,
los intereses periódicos son muy superiores según el enfoque 2. Para lograr una
equivalencia, al menos aproximada, sería preciso que el valor de amortización
del título en el primer enfoque fuese el resultante de actualizar el valor
nominal en función del incremento de precios acumulado. Una vez que se introduce
este atributo, observamos que las tasas internas de rentabilidad (TIR) obtenidas
con los dos enfoques son muy similares.