Hace poco, oía que
alguien comentaba, al hilo de la “carrera” entre las comunidades de Cataluña y
Madrid por liderar el ranking económico regional en España, que, según algún
supuesto experto había dicho, Andalucía, al igual que ya ha hecho Madrid,
estaba ya a punto de superar también a Cataluña en dimensión económica.
Llevaba tiempo
queriendo retomar el viejo tema de análisis relativo a la evolución de la
convergencia económica regional. La pregunta sigue en el aire: ¿ha sido el
modelo autonómico un instrumento eficaz para favorecer una disminución de las
diferencias interregionales en términos de renta y empleo?
El referido
análisis tendrá que esperar pues no es cuestión de despecharlo de un simple
vistazo. Como aperitivo puede ser oportuno partir de la observación de cómo ha
evolucionado la participación de cada una de las comunidades autónomas en la economía
española[1]. La publicación
de unas largas series homogéneas por Fedea ofrece una buena oportunidad para
ello[2].
Tomamos aquí la referente
al valor añadido bruto[3]. El
gráfico adjunto refleja la evolución de la referida participación a lo largo
del período 1955-2019. Con vistas a su interpretación han de tenerse presentes,
entre otras, las siguientes consideraciones: i) los datos utilizados se basan
en magnitudes a precios nominales; ii) las limitaciones que tienen el VAB y el
PIB como indicadores; iii) los datos se refieren a la participación de cada
región en el total de la economía española, de lo que se deriva que sólo sirven
para comparar las posiciones relativas, pero no para juzgar la evolución de
cada una en términos absolutos.
El gráfico
permite destacar los siguientes aspectos: a) como más llamativo, el ascenso de
Madrid, que, recientemente, supera a Cataluña; b) ese proceso va acompañado de
una tendencia descendente de Cataluña y País Vasco, en perspectiva histórica, y
estabilizada en el período más cercano; c) respecto a este última comunidad, la
valenciana se ha despegado claramente desde finales de los años 70; d)
Andalucía mantiene una posición muy estabilizada, sin lograr ampliar su cuota,
anclada en torno al 13,5% del total, con un máximo del 13,8% en 2005 y 2006
(13,9% en 1955) y un mínimo del 13,1% en varios ejercicios.
[1]
¿Por qué
solemos tener más reservas a escribir esta expresión con minúsculas, en comparación
con los casos de las regiones, las provincias, los países o las naciones?
[2]
Vid. A. de la Fuente: “Series
largas de algunos agregados económicos y demográficos regionales: Actualización
de RegData hasta 2018. (RegData y RegData Dem versión 5.0-2018)”, FEDEA,
Estudios sobre Economía Española no. 2019-19, Madrid, 2019.
https://www.fedea.net/documentos-economia-regional-y-urbana.
[3]
Producto interior bruto
(PIB) a precios de mercado = valor añadido bruto (VAB) a precios de mercado más
impuestos netos sobre los productos.