26 de septiembre de 2021

El ruido silencioso: del juicio al perjuicio

 

La obra “Pensar rápido, pensar despacio” de Daniel Kahneman, publicada en el año 2011[1], se ha convertido en una referencia primordial para el estudio de la racionalidad y la formación de los juicios por parte de las personas. Para muchos, se trata del mejor libro escrito sobre la materia[2]. Ahora acaba de aparecer un nuevo libro de Kahmenan, en esta ocasión acompañado de Olivier Sibony y Cass Sunstein (KSC): “Ruido: un fallo en el juicio humano”. Un tanto sorprendentemente, la edición española está ya en las librerías.

El primer libro está centrado en los sesgos, que hacen que nuestros juicios sean erróneos de forma sistemática y predecible. El nuevo se ocupa del ruido (en sentido estadístico), que hace que los juicios tiendan a ser erróneos, a desviarse de lo correcto, sin un patrón predecible. En la introducción del libro, los autores ilustran las dos clases de errores asociados al sesgo y al ruido, tomando como referencia los resultados de los disparos de varios equipos a una diana. La existencia de sesgo viene indicada por la concentración de los disparos en una determinada zona apartada del centro de la diana. La de ruido, por la dispersión de los impactos de los disparos sin ningún patrón identificable.

Mientras que para evaluar la existencia de sesgo tenemos que conocer dónde está situado el centro de la diana, “una propiedad general del ruido es que se puede reconocer y medir sin saber nada sobre el objetivo o el sesgo”. Esta propiedad es esencial “porque muchas de nuestras conclusiones se extraen de juicios cuyo objetivo real es desconocido o incluso imposible de reconocer” (págs. 14-15).

KSC sostienen que “para comprender el error de juicio, necesitamos entender tanto el sesgo como el ruido. A veces el ruido es… el problema más importante. Sin embargo, en las conversaciones pública sobre el error humano y en las organizaciones de todo el mundo, el ruido rara vez se reconoce”. Consideran que “en las decisiones del mundo real, la cantidad de ruido suele ser altísima”, y recogen una lista de situaciones “ruidosas” (págs. 16-17). El proceso de la selección de personal a través de entrevistas es una de ellas, como se detalla en el capítulo 24. Manuel Conthe recomienda la lectura este capítulo especialmente para quienes son críticos con el sistema de oposiciones de acceso a la Administración pública[3].

KSC, tras analizar diversos casos reales, defienden que las causas del ruido pueden acotarse y ser objeto de gestión. Para disminuirlo, abogan por la aplicación de una serie de técnicas que engloban bajo la etiqueta de “higiene de las decisiones” (pág. 19).

“Los sesgos conducen a errores e injusticias. Y también el ruido. Sin embargo, hacemos mucho menos al respecto. El error de juicio puede parecer más tolerable cuando es aleatorio que cuando lo atribuimos a una causa, pero no es menos perjudicial. Si queremos tomar mejores decisiones sobre asuntos que importan, debemos tomarnos en serio la reducción del ruido”, concluyen (pág. 412).



[1] La versión española, en 2012.

[2] Vid. R. Armstrong, “Noise – humbling lesson in inaccuracy by Kahneman, Sibony and Sunstein”, Financial Times, 23 de agosto de 2021.

[3] Vid. “La lotería de los juicios”, Expansión, 21 de septiembre de 2021.


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