5 de julio de 2021

¿Es Facebook un monopolio?

Es una pregunta que ha aparecido últimamente en diversos medios especializados y que, antes de eso, se venía suscitando, especialmente a raíz de la compra por dicha big tech de otros operadores en el ámbito de la comunicación interpersonal. La pregunta no va mal encaminada. La pretensión de los máximos dirigentes de la corporación de dominar el sistema monetario internacional deja, a su vez, a las claras que sus objetivos reales van bastante más allá de una operación para emular al axarco o al tivolino.

Formulé la pregunta a un sobrino que acaba de estrenarse como acólito de la gran red, y su respuesta me dejó un tanto desconcertando. Me aseguraba haber oído, en un programa de televisión, que un importante político de un país iberoamericano definía un monopolio como toda empresa que obtiene beneficios. Ya sabemos que, desde hace años, la Economía está en fase revisión, ¿aunque hasta tal extremo? No sé quién es ese ilustre político, ¿pero podría estar en lo cierto? En fin, no podemos ignorar que quien controla la imprenta de un boletín estatal oficial tiene, en la práctica, capacidad para amoldar las definiciones según la voluntad popular (o de sus representantes), o del supremo mandatorio en regímenes no democráticos.

Sobre el papel, la cuestión del poder monopolista se ha tomado tradicionalmente muy en serio en un país como Estados Unidos, donde la libre competencia es un valor esencial -al menos teóricamente- para el funcionamiento del sistema económico. Históricamente, ha habido casos de escisión obligatoria de determinadas corporaciones que se consideraba que ejercían una posición de monopolio.

La Federal Trade Commission (FTC) es la agencia gubernamental que se ocupa en Estados Unidos de vigilar que prevalezca la competencia en los mercados empresariales. En diciembre de 2020, dicha agencia presentó una demanda a Facebook, alegando que la compañía estaba "manteniendo ilegalmente su monopolio de red social personal a través de una serie de años de conducta anticompetitiva. A raíz de una investigación… la demanda alega que Facebook ha emprendido una estrategia sistemática -incluyendo su adquisición en 2012 de su nuevo y próximo rival Instagram, su adquisición en 2014 de la app de mensajes WhatsApp, y la imposición de condiciones anticompetitivas sobre los desarrolladores de software- para eliminar amenazas a su monopolio"[1].

La fiscal general del estado de Nueva York, Letitia James, afirmaba lo siguiente: "En lugar de competir por sus méritos, Facebook usaba su poder para suprimir la competencia de modo que pudiera aprovecharse de los usuarios y hacer miles de millones [de dólares] convirtiendo datos personales en flujos de caja"[2].

Sin embargo, en junio de 2021, un juez federal, James Boasberg (designado por Barack Obama), ha desestimado la demanda contra la empresa de Mark Zuckerberg (fortuita, pero curiosa rima). Algunos analistas se cuestionan si la legislación de competencia, que tiende a centrarse estrictamente en el detrimento directo sobre el consumidor, se adapta bien para abordar las actuaciones de las Big Tech. A mayor abundamiento, "uno se pregunta qué ve un juez, sino un monopolio, cuando una compañía alcanza tales vertiginosas alturas", como Facebook, integrante del club del billón (español) de dólares[3]. Otros, sin embargo, estiman que la sentencia ha proporcionado "una fuerte dosis de realismo"[4]. Un representante de Facebook se ha apresurado a afirmar que su compañía "compite justamente cada día para atraer el tiempo y la atención de la gente"[5].

Aprovecho la ocasión para comentarle a mi sobrino que compare la definición de monopolio del referido político suramericano con la que utiliza el juez Boasberg: "Con independencia de lo que signifique para el público, 'poder de monopolio' es un término del arte bajo la ley federal con un significado económico preciso: el poder para elevar rentablemente los precios o para excluir competencia en un mercado adecuadamente definido"[6].

Casi se me olvidaba. Un pequeño comentario final. El mencionado político podría quizás llevar razón y estar evidenciando un considerable dominio de los conceptos económicos básicos. Realmente, en una situación de competencia perfecta, cuando se alcanza el equilibro, ninguna empresa obtiene un beneficio en sentido económico. Simplemente obtiene un beneficio ordinario, el correspondiente a la retribución ordinaria en el mercado al capital empleado en la producción. Tendría un beneficio contable pero no económico. En cambio, en razón de su posición de dominio en el mercado, un monopolista sí obtendría un beneficio en sentido económico, una renta extraordinaria.

Ante la confusión generada, mi sobrino me confirma que no piensa estudiar Economía. Aun así, ha aceptado que, en una próxima sesión, trate de explicarle la diferencia entre  el beneficio calculado por los contables (que no incluyen ningún coste por el uso de los recursos propios de la empresa) y el calculado por los economistas (que sí imputan un coste por el uso de tales recursos propios).



[1] Vid. FTC, “FTC sues Facebook for illegal monopolization”, 9 de diciembre de 2020.

[2] Vid. H. Murphy, “US sues Facebook for ‘years-long’ abuse of monopoly power”, Financial Times, 9 de diciembre de 2020.

[3] Vid. Financial Times, “Facebook and antitrust: legacy standards take network to $1tn”, Opinion Lex, 29 de junio de 2021.

[4] Vid. The Economist, “Is Facebook a monopolist?”, 3 de julio de 2021.

[5] Vid. H. Murphy y K. Spacey, “US judge dismisses antitrust lawsuits against Facebook”, Financial Times, 29 de junio de 2021.

[6] Vid. Murphy y Spacey, op. cit.
 

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