31 de mayo de 2021

El pasado a veces se confunde con el presente

 

“El más temible es el [grupo de republicanos] del señor [X], llamado progresista. La denominación no es muy clara. Ni puede serlo, no habiendo claridad en las ideas. Lo que distingue a este grupo es la acción, el propósito de establecer la república a todo trance y por cualquier medio. Después se verá. El señor [X] tiene, pues, un objetivo bien claro y definido, y a él va sin vacilaciones ni tiquismiquis.

… El señor [X] es un tipo muy extraño. Carece en absoluto de toda brillantez intelectual. No es orador; no entiende de teorías ni de filosofías. Tiene la rudeza del labriego y sus formas rudas. Sus partidarios sostienen que es la voluntad más enérgica que ha producido este país en los últimos tiempos. La falta de atractivos intelectuales está compensada en él por el don de la astucia, que posee en altísimo grado.

… Una de las cosas que mejor demuestran la marrullería de este sectario furibundo es la obstinación con que sostiene su ostracismo”.

Recibí en mi correo personal, hace ya bastantes días, este texto, seguido de una lacónica nota: “¿Quién puede ser el señor X? No te será fácil identificarlo, pero recuerda que el pasado a veces se confunde con el presente. Afectuosamente, Pericles (pero no, no soy el Pericles de Casabermeja)”.

Siempre me han gustado los enigmas y acertijos. En este caso se plantean por partida doble, por un lado, el relativo a la persona que lo lanza, al parecer la misma que, en mayo de 2020, remitía una adivinanza filosófica (BTV, 12-5-2020); por otro, el concerniente al contenido del mensaje transcrito. Como señala el remitente, no es una tarea fácil, y la pista aportada no es demasiado explícita. Ya me gustaría que Pericles, el “auténtico”, me echara una mano. Quizás vuelva a verlo pronto, con motivo de la conmemoración del 175º aniversario de la creación del Instituto provincial de Málaga. El martes tengo previsto acudir al Instituto de Martiricos, y tal vez allí pueda encontrar alguna inspiración.

La última vez que, como alumno, estuve en la biblioteca del venerado centro fue para consultar la novela “À la recherche tu temps perdu”.

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