La idea evocada en el título de este post es la que aparece explícitamente en el de un artículo de Don Ezra publicado en el diario Financial Times (24-6-2020), pero sin interrogantes: “Low interest rates are a tax on savers”.
No sé si algún alumno un tanto despistado pudiese entrar en este blog y encontrar esta entrada, pero sin duda la pregunta planteada podría servirle de estímulo para la realización de un posible trabajo de fin de grado (TFG).
También la inflación suele catalogarse como un impuesto. Hace unos cuarenta años, cuando yo me encontraba cerca de convertirme en graduado, o licenciado, como entonces se llamaba, me impactó bastante el análisis de la inflación que realizaba Nicolás Sartorius, por aquel entonces destacado y prestigiado dirigente del Partido Comunista de España, en la mítica revista Nuestra Bandera. Mantenía la tesis de que la inflación era una suerte de mecanismo utilizado por el poder estatal, vinculado a las clases dominantes, para llevar a cabo un proceso de redistribución de la renta. Qué fácil era interpretar, en aquella época, los fenómenos económicos.
Supongo que recogería dicha opinión en la recensión de la obra “La inflación en versión completa”, de José Luis Sampedro, que nos había encargado José Emilio Villena Peña, insigne profesor de Política Económica, que este curso ha puesto fin a su prolongada trayectoria docente en la Facultad de Económicas de Málaga. Menuda pérdida la que registra el centro que abrió la senda de la Universidad malacitana.
Sostiene Don Ezra que los bajos tipos de interés son como un impuesto sobre la renta del ahorro. El argumento que utiliza es el siguiente. Como consecuencia de la política de expansión cuantitativa practicada por los bancos centrales, mediante la que adquieren importantes volúmenes de títulos públicos y privados, el endeudamiento resulta más barato. De esta manera, los tipos de interés en la economía se reducen sustancialmente. “Supongamos que el tipo de interés ‘natural’ que un banco ofrecería por captar depósitos de ahorro… sería del 4%. Y supongamos que el tipo vigente es del 1%. Usted está perdiendo el 3% que habría obtenido si los tipos de interés no se hubiesen forzado artificialmente a la baja. Para mí, esto es justo como un impuesto. Es como un aumento en los tipos del impuesto sobre la renta”.
Aunque nadie se plantee hacer un TFG sobre este tema, dejo aquí formulada la pregunta: ¿pueden equipararse los bajos tipos de interés a un impuesto?, ¿puede existir alguna estrategia para acabar con los ahorradores?
Recuerdo que la lectura de aquel libro de Sampedro me resultó muy estimulante, aunque quizás tenía el inconveniente de que podía llegar a transmitir la idea de que, con la lectura de la sedicente “versión completa”, uno ya había alcanzando la cumbre del conocimiento del perturbador fenómeno económico. Allí arriba creímos haber estado algún tiempo, hasta tomar conciencia de que había que iniciar una rápida desescalada.