4 de diciembre de 2019

Lecciones de las grandes crisis históricas: la visión de M. Wolf

Martin Wolf es el comentarista económico jefe del diario Financial Times. Sus frecuentes artículos en este medio se caracterizan por su elevada calidad, el gran alcance de las visiones expuestas, y su profundidad de análisis. Muchos de ellos -yo diría que la inmensa mayoría- son verdaderamente inquietantes, debido a los escenarios que vislumbra, donde emergen enormes riesgos que a menudo pasan desapercibidos desde perspectivas más superficiales. Unos tienen más consistencia que otros, pero todos ellos son siempre de interés. 

El publicado el pasado día 27 de noviembre, con el título “Unsettling precedents for today’s world”, puede que no sea el más elaborado, pero sí uno de los que aporta mayores dosis de inquietud, a partir de un escrutinio de algunas lecciones de la historia. Como el propio título indica abiertamente, los precedentes seleccionados por el destacado analista son inquietantes y perturbadores.

“La historia es la guía más poderosa para el presente, porque es evidencia de lo que es permanente en nuestra humanidad, especialmente las fuerzas que nos llevan al conflicto”, señala al inicio del mencionado artículo. En él se destacan algunos hechos económicos relevantes:

§  En el año 1880, el Reino Unido generaba un 23% de la producción industrial mundial; en el año 1913 dicha cuota había retrocedido hasta el 14%, en tanto que la de Alemania había pasado del 9% al 15%.

§  A su vez, el peso de China en la economía mundial había evolucionado, en el mismo período, del 17% al 8%; el de Estados Unidos, del 8% a cerca del 20%.

§  Entre 1980 y 2019, mientras que la participación de la Unión Europea y de Estados Unidos en la producción industrial ha retrocedido apreciablemente, la de China ha subido desde el 5% al 20%.

§  Por lo que respecta al PIB mundial, China ha ascendido desde menos del 5% al 15%, convergiendo en torno a esa cota con Estados Unidos y con la Unión Europea. Por primera vez desde hace más de un siglo, Estados Unidos tiene ante sí una potencia económica que la supera en tamaño.

Wolf extrae algunas lecciones de la experiencia histórica analizada:

El papel asumido por Estados Unidos (acción en los grandes conflictos del siglo XX, e inacción en el período de entreguerras) ha tenido una gran incidencia en los resultados.

La calidad de los líderes de las potencias mundiales tiene una notoria importancia: “Sin un mejor liderazgo, Occidente y con ello todo el mundo están en un problema profundo”. Frente a la determinación del presidente chino Xi Jinping de reforzar el dominio del Partido Comunista en una China resurgente, el sistema político del mundo occidental y, en particular, en Estados Unidos y en el Reino Unido está fallando.

La evitación de los conflictos bélicos es de importancia crucial, pero hoy día resulta insuficiente. Dadas las interconexiones existentes, la superación de los retos económicos, de seguridad y ambientales que afronta la humanidad requiere de la aplicación de un esquema de colaboraciones que permita una visión de suma positiva.

Y, retrotrayéndonos a la dolorosa experiencia de los años treinta del pasado siglo, persiste la amenaza de que un fracaso de las élites gobernantes degenere en un colapso de la democracia. Wolf nos recuerda lo que puede ocurrir cuando algunos grandes países caen en manos de lunáticos hambrientos de poder. Desafortunadamente, esa especie no se ha extinguido con el avance de las civilizaciones ni se da únicamente en las grandes potencias.

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