1 de agosto de 2024

La impartición efectiva de la educación financiera: enseñanzas de la experiencia británica

 

Es el Reino Unido un país con una brillante tradición en la elaboración de informes relevantes sobre distintas cuestiones en el ámbito económico, realizados a partir de la constitución de grupos de trabajo liderados por destacadas figuras. La publicación del documento “Delivering effective financial education” (House of Commons, Education Committee, HC 265, 22-5-2024) viene a demostrar que los informes realizados en el ámbito parlamentario pueden también estar dotados de rigor, calidad y ser capaces de aportar una visión útil sobre parcelas específicas, como es la de la educación financiera en el caso que ahora nos ocupa.

El referido informe está bien fundamentado, es riguroso, sistemático, conciso y concluyente. A nuestro entender, constituye una fuente de gran utilidad para abordar el objetivo de potenciar la cultura financiera entre los jóvenes, al que se concede cada vez importancia. La justificación de ese posicionamiento es la primera tarea que se aborda en el documento analizado, y se constata a través de diversos testimonios que respaldan los efectos positivos que la educación financiera puede tener sobre los niños y los jóvenes.

La educación financiera forma parte del currículum nacional en Inglaterra desde el año 2014, esencialmente dentro de la enseñanza de las matemáticas. El conocimiento y la fluidez en matemáticas se consideran piedras angulares de la educación financiera. A este respecto, el Oxford, Cambridge and RSA (OCR), entidad certificadora, señala que “Hay una fuerte correlación entre el conocimiento matemático básico y ser capaz de actuar de forma competente financieramente. Tanto es así que se ha demostrado que la posesión de habilidades matemáticas relevantes es un requisito previo para alcanzar la educación financiera”[1].

A pesar de la incorporación al currículum escolar, se considera que “la provisión de educación financiera dentro del currículum de matemáticas en el nivel de la enseñanza primaria es limitado”, por lo que se aboga por expandirla. El informe se hace eco de investigaciones que apuntan que “un predictor clave del bienestar financiero en la etapa adulta es la edad a la que un niño comienza a aprender sobre el dinero”. Además, se subraya que “hay evidencia creciente de que los niños con menos de 11 años están siendo alcanzados por el marketing online y pueden estar sujetos a presiones financieras”. Inequívocamente, se pronuncian a favor de que la educación financiera efectiva comience pronto, durante los años de la escuela primaria.

Tampoco es positivo el balance de la experiencia respecto a la educación secundaria. La introducción de un contenido de formación financiera más específico -basado en la resolución de problemas conectados con la vida real[2]- en el currículum de matemáticas puede mejorar la implicación y la motivación con esta materia. Igualmente se estima necesario extender la formación apuntada para el tramo de 16 a 18 años de edad, que en algunos casos marca la incorporación al mercado de trabajo. Aparte de la inclusión de la perspectiva financiera dentro de la enseñanza de las matemáticas, se propone establecer la obligatoriedad de los elementos de economía y de finanzas en la educación PSHE (“personal, social, health and economic”).

Por otro lado, en el informe se recoge como corriente mayoritaria de los testimonios recabados la defensa de un enfoque curricular transversal en el que la educación financiera se imparta en diferentes asignaturas, siempre bajo una adecuada coordinación.

Posteriormente, se entra en una cuestión importante como es la disponibilidad y el aprovechamiento de los recursos didácticos. Algunas valiosas conclusiones se exponen en este apartado: i) de entrada, la constatación de que hay tantos recursos donde elegir que los profesores pueden sentirse abrumados; ii) la falta de un enfoque pedagógico adecuado en muchos de los recursos disponibles; iii) la ausencia de coordinación y de control de calidad de estos, lo que limita su uso por los docentes.

Precisamente los obstáculos para que estos adquieran un entrenamiento suficiente es otro de los aspectos destacados, al igual que la insuficiente evaluación de la formación impartida en relación con la cultura financiera. Los resultados de las pruebas de PISA (OCDE) pueden proporcionar una evidencia concluyente con arreglo a estándares internacionales, por lo que recomiendan la participación del Reino Unido -hasta ahora al margen- en la específica sobre competencias financieras.

(Artículo publicado en EdufiAcademics -Edufinet-)



[1] El enlace a este y otros documentos se recoge en el texto del informe.

[2] Por ejemplo, presupuestación para los estudios universitarios, seguros de automóvil, y financiación de estudios.


Entradas más vistas del Blog