12 de diciembre de 2021

China como gran democracia: una nueva ‘revolución cultural’

 

Según parece, el gobierno chino no ha acogido con especial agrado la “Cumbre por la Democracia” (“Summit for Democracy”) organizada recientemente por la administración Biden. Los mandatarios chinos mantienen la posición de que su país merece ser considerado como “una de las grandes democracias del mundo” [1].

Como de lo “grande” no hay quien lo pueda discutir en el caso del gigantesco país asiático, para calibrar el grado de corrección de la anterior frase tendríamos que centrarnos en si puede afirmarse que supera el test usual del carácter democrático.

Si acudimos al Diccionario de la Lengua Española, el hecho de encontrarnos con distintas acepciones de “democracia” no nos permite resolver inmediatamente la cuestión: i) “Sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce directamente o mediante representantes”; ii) “Forma de sociedad que reconoce y respeta como valores esenciales la libertad y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley”.

Tal vez la nota de la “gran democracia china” no sea la misma respecto a cada una de las definiciones anteriores, aunque el Diccionario nos ofrece también otra interesante interpretación, circunscrita a la noción de “democracia popular”: “Sistema de gobierno de las dictaduras comunistas”.

Pero sí sabemos que esta última visión no es asumida por los gobernantes chinos y personas allegadas, que, sin ningún tipo de complejo, sostienen que la hegemonía del Partido Comunista Chino (PCCh) no es sinónimo de dictadura, sino de todo lo contrario, de una democracia plena y efectiva. Un nuevo enfoque, basado en una “revolución cultural” de gran calado viene a reinterpretar el concepto de democracia: la democracia concierne, en última instancia, más a los fines que a los medios. La democracia no debe ser definida por los procesos sino por los resultados en términos de gobernanza[2].

Los éxitos en la contención de la pandemia del coronavirus y en la construcción de infraestructuras son esgrimidos por los seguidores y defensores del PCCh, quienes también ponen de relieve cómo los sistemas democráticos occidentales fallan a menudo a sus ciudadanos.

Además, sabemos por experiencia, que los individuos no son siempre conscientes de lo que más les interesa o les conviene en cada momento. A veces, es muy necesario poder contar con la clarividencia de algún gran timonel. Tras celebrar su primer centenario, el coloso asiático trata de reforzar su línea argumental para formar parte de pleno derecho, con reconocimiento internacional, del club de los países democráticos, con distinguidas connotaciones: republicanas, populares y progresistas.



[1] Vid. T. Mitchell, “Beijing derides Joe Biden’s summit and insists China is a great democracy”, Financial Times, 10-12-2021.

[2] Vid. Mitchell, op .cit.


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