El
problema de la sostenibilidad económica de los sistemas de pensiones no es exclusivo
de España. No existen barreras geográficas que protejan del desequilibrio de
las cuentas cuando, a largo plazo, no se pueden garantizar internamente los
recursos disponibles para cubrir los compromisos contraídos. Es cuestión de
consistencia de diseño y de viabilidad económica, no de localización geográfica
ni de carácter público o privado.
En
España, después de haber escuchado durante mucho tiempo que el enfoque hispano
idisioncrático y exclusivo adoptado en torno al sacrosanto Pacto de Toledo
había logrado superar el reto de las pensiones, los integrantes de esa extensa
y dilatada en el tiempo cohorte de los baby
boomers ignoran qué les deparará su futuro prestacional.
No
obstante, ya se sabe que está instalada la doctrina de "la relevancia del
momento de acceso al cargo": una misma persona encarna dos yos, uno el que
era antes de acceder al cargo; otro, el que es a partir de ese momento. Es,
pues, plenamente legítimo y compatible que sus manifestaciones sobre un mismo
tema sean diferentes en una y otra etapa. Algunos acérrimos seguidores de esta
doctrina van más allá y la aplican incluso en sesiones intradía. En cualquier
caso, la situación del sistema de pensiones en España requiere de un análisis
extenso y pormenorizado.
Sobre
el panorama de las pensiones en Reino Unido realiza Martin Wolf algunas
consideraciones de alcance general. Sabemos lo calamitosos que son los tipos de
interés ultrarreducidos -no digamos los negativos- para los sistemas de
pensiones. El problema es extensivo a los sistemas de aportación definida y a
los de prestación definida.
En
el primer caso, si las contribuciones no consiguen ser rentabilizadas, el
capital acumulado al término del período de actividad laboral será bastante
magro. La única ventaja es que, desde un primer momento, se visualiza el desfase.
En el segundo, la asunción de unos compromisos de un determinado importe,
cuando no se puede contar con la munición de la rentabilización, puede dar
lugar a la acumulación de una bomba de relojería.
En
Reino Unido, el número de planes de pensiones de prestación definida ha caído
drásticamente en los últimos años. Como señala M. Wolf, "la provisión de
pensiones de prestación definida por corporaciones privadas ha llegado a ser
inaceptablemente cara para los promotores corporativos[1]".
El
editor económico jefe del Financial Times
deja constancia de una contundente constatación, merecedora de incorporarse a
la filosofía de corte toledano:
"La única parte saludable del sistema de prestación definida es la del
sector público: los contribuyentes están pagando para otorgar a los
funcionarios públicos una pensión vinculada a la renta y a un índice que ellos
no pueden tener por sí mismos".
En
fin, ya conocíamos la facilidad de algunas personas para cuadrar las cuentas por
la vía tributaria, aunque no deja de ser admirable que un intelectual de la talla de
Wolf se haga eco, sin matices, de esa habilidad.
En
un artículo posterior, plantea que, ante el declive de los sistemas de
prestación definida privados, éstos sean sustituidos por un esquema que mezcle los
dos enfoques, el de prestación definida y el de aportación definida. Este
último componente aportaría mayor flexibilidad; el primero, mediante el diseño
adecuado, un "verdadero reparto de riesgos" entre generaciones[2].
Y
posteriormente, en otra entrega sobre las pensiones, coloca un título que
colisiona frontalmente con algunas corrientes mayoritarias, dentro y fuera de
España, sobre los resortes necesarios para hacer frente al desafío de las
pensiones[3]:
"Las acciones son el único fundamento adecuado para las pensiones
privadas".
Esta
recomendación se deriva de la observación de que, en el período 1900-2020, las
acciones han superado extraordinariamente a los títulos de renta fija en todo
el mundo[4]. ¿Puede
significar esto un aval insospechado para un capitalismo en fase de declive
ideológico?
[1]
“Radical reform of British pension provision in urgent”, Financial Times, 13 de
junio de 2021.
[2]
“It is folly to make pensions safe by making them unaffordable”, Financial
Times, 27 de junio de 2021.
[3]
“Equities are the only sensible foundation for private pensions”, Financial
Times, 11 de julio de 2021.
[4] Es una cuestión abordada en “Acciones vs bonos públicos: la importancia del horizonte inversor”, EdufiAcademics, Ensayos y Notas 15/2020.