Posiblemente
muchos de los seguidores de los clubes de fútbol, especialmente de aquellos que
atesoran una gloriosa trayectoria centenaria, consideren que es imposible
reducir a términos económicos el valor de su identidad deportiva, como absurdo
sería tratar de convertir en unidades monetarias el significado de los
sentimientos que están ligados a un escudo y a unos colores, a un barrio, a una
ciudad. Personalmente, me alineo entre los que puedan pensar así. Hay que
recurrir a supuestos verdaderamente heroicos para cuantificar el valor de
ciertos intangibles y hay algunos que, por más que se quiera, difícilmente
pueden admitir una moneda de cambio.
Sin
embargo, el fútbol profesional, como actividad empresarial, se desarrolla en el
marco de entidades y organizaciones definidas que pueden cambiar de
propietarios o de administradores de facto, llevando aparejada toda su carga simbólica
y sentimental, todo el acervo patrimonial y cultural acumulado a lo largo del
tiempo. De hecho, con solo algunas excepciones ciertamente llamativas, las
entidades que compiten en las ligas deportivas profesionales españolas han de
adoptar la forma jurídica de sociedad anónima deportiva.
De
manera genérica, la determinación del valor económico de una empresa no es una
tarea automática ni exenta de discusión. Hay diferentes criterios de valoración
y la dinámica de los mercados bursátiles refleja continuamente las distintas
percepciones de los inversores acerca de las compañías cotizadas.
Como
prueba de la creciente importancia económica del deporte, en general, y del
fútbol, en particular, las grandes consultoras mundiales (BCG, DTTL, EY, KPMG,
McK, OW o PwC) vienen difundiendo estudios económicos de gran relieve y
utilidad, ya sea sobre eventos internacionales o sobre las competiciones
continentales.
Este
año, por segunda vez, Kpmg, una de las ‘Big Four’ (o como, de manera
redundante, a veces se afirma, ‘una de las cuatro Big Four’), ha publicado un
informe sobre la valoración empresarial de los principales clubes de fútbol
europeos. El informe se circunscribe a lo que se considera la élite de dichos
clubes a 1 de enero de 2017, integrada por un total de 32. Lo primero que hice,
naturalmente, fue comprobar si entre estos aparecía el Málaga CF, pero no es
así. Al margen del Real Madrid CF, FC Barcelona y Atlético de Madrid, el
Athletic Club Bilbao, el Sevilla FC y el Valencia CF son los que figuran
incluidos dentro del ‘ránking’ elaborado por la consultora.
Esta
informa de cuáles son los criterios empleados para incluir a un club en su
investigación, a partir de una revisión de los estados financieros de las
temporadas 2014/15 y 2015/16: I) estar entre los 50 primeros equipos europeos
por ingresos operativos; II) estar entre los 50 primeros equipos según el
coeficiente quinquenal de la UEFA; III) en caso de no cumplir alguno de los dos
criterios anteriores, ser uno de los primeros 30 equipos por número de
seguidores en las redes sociales.
Para
llevar a cabo las valoraciones de los clubes, Kpmg se decanta por un enfoque
centrado en los ingresos generados. Una vez que se dispone de las cifras de
ingresos, estas se multiplican por un factor derivado de las observaciones de
clubes similares que cotizan en bolsa y de operaciones de adquisición de
compañías comparables. Ahora bien, ese factor se ajusta para cada entidad en
función de cinco métricas que atienden a las diferencias entre los clubes, así
como en los mercados y las economías en los que actúan: rentabilidad (relación
entre los gastos de plantilla y los ingresos), popularidad (número de
seguidores en las redes sociales), potencial deportivo (valoración de la
plantilla), derechos televisivos y propiedad del estadio de competición.
Con
arreglo a la metodología empleada, el valor estimado para el conjunto de los 32
clubes es prácticamente de 30.000 millones de euros. La lista está encabezada
por el Manchester United FC, con 3.095 millones. Le siguen el Real Madrid CF
(2.976), el FC Barcelona (2.765), el FC Bayer Munich (2.445) y el Manchester
City FC (1.979). Este grupo del ‘Top 5’ acumula un 44,3% del total estimado. A
su vez, el ‘Top 10’, colectivo en el que se integran, además, el Arsenal FC, el
Chelsea FC, el Liverpool FC, la Juventus FC y el Tottenham Hotspur FC,
concentra más de los dos tercios del valor total. La tabla se cierra con el
Olympique de Marsella, con 187 millones de euros. Los otros cuatro clubes
españoles mencionados presentan, en el orden señalado, valores de 793, 300, 261
y 235 millones de euros.
Los
autores del informe resaltan, en la parte final, la diferencia entre los
conceptos de precio y valor establecida por la teoría económica: precio es lo
que una persona paga por un producto o servicio dado, mientras que valor es el
que se atribuye a un producto o servicio. Más allá de la posible asunción de la
filosofía machadiana, que ya alertaba de esa dicotomía, la realidad económica
se encarga repetidamente de poner de manifiesto que una cosa es el valor
atribuido a un activo en un momento determinado y otra distinta el precio
efectivo que se pueda conseguir si se opta por venderlo, en particular si una
gran mayoría de propietarios deciden hacerlo de manera simultánea.
Quizás,
como posible consuelo de los aficionados de los equipos que no figuran dentro
del ranking de la élite europea, deba tenerse en cuenta que las métricas de
valoración utilizadas incluyen el número de seguidores en las redes sociales
pero no la intensidad de los sentimientos. Esta, sin embargo, puede ser uno de
los pilares de la longevidad de una organización deportiva. Y, quién sabe, en
alguna ocasión puede acabar haciendo posible la aparición de algún ‘cisne
negro’ o, preferiblemente, blanquiazul, si no en El Guadalmedina, sí al menos
en El Guadalhorce.
(Publicado en el diario "Sur" el 23 de julio de 2017)