“All the leaves are brown. And
the sky is gray. I've been for a walk. On a winter's day. I'd be safe and warm If
I was in L.A.”.
Hace años, The Mamas & The
Papas inmortalizaron esta canción, convertida en emblema del Golden State, denominación
adoptada en 1968, poco tiempo después de que dicho conjunto lograra su gran éxito
musical.
Faltaban algunos años para que,
en 1978, el Estado norteamericano pasara también a ser reconocido como
exponente de la revuelta de los contribuyentes, que lograron la aprobación de
la Propuesta 13, que vino a limitar normativamente el gravamen del impuesto sobre
la propiedad. Casi cincuenta años después, los impuestos vuelven a formar parte
de los sueños de los californianos, especialmente de comerciantes y
empresarios, quienes han logrado recabar suficientes firmas para plantear una
nueva medida legislativa, orientada en este caso a elevar la mayoría requerida
(hasta los dos tercios de los votantes) para cualquier aumento de la presión
fiscal[1].
Al menos desde el punto de vista
tributario, según parece, los impulsores de la consulta popular no estarían
demasiado de acuerdo con la última frase del párrafo de la letra de la canción
transcrito. Sin embargo, el posible freno a la recaudación tributaria iría, según
el gobernador del Estado, en detrimento de los servicios públicos básicos. Los
atardeceres fiscales, por lo que se ve, pueden mostrar un cielo gris o un cielo
dorado, dependiendo de dónde se sitúe el espectador: ¿California dreamin’, o leaving
California?
[1] Vid. S.
Saiz, “Los empresarios, en pie de guerra en California por el alza fiscal”, Expansión,
24-4-2024.